Los objetivos fundamentales que le darán a la vidriera un valor agregado interesante son:
1- la presentación del producto,
2- captar la circulación de la mirada del espectador dentro de la imagen propuesta,
3- despertar el deseo latente del espectador,
4- detener la marcha de los peatones o automovilistas que pasan sin intención de compra, etc.
Para lograr estos objetivos hay que recurrir a conceptos básicos del diseño, empezando por estudiar el espacio y así descubrir que la distribución de los pesos visuales y el manejo de las direccionalidades en una imagen, determinan la posibilidad de lograr un equilibrio visual. Si tenemos en cuenta que el hombre busca permanentemente el equilibrio o la armonía en todos los aspectos de su vida, y que además proyecta estos deseos en lo que percibe, una imagen que le devuelva esa sensación de equilibrio encontrado, resultará satisfactoria y placentera.
El color es otro recurso que se debe saber aprovechar. Su importancia reside en que en la percepción, el color produce efectos ligados a lo emocional y en cuanto a expresión es más fuerte que la forma, ya que está directamente vinculada a lo racional.Por otra parte, la iluminación cumple un papel fundamental en la creación de climas, en el realce de un producto con respecto a otro, en la diferenciación entre el medio ambiente y la vidriera, además de cumplir su función principal que es el de producir un mejoramiento de la visión.
Para realzar determinados artículos se puede acudir a la iluminación, tanto otorgándole uno o varios haces de luz localizada, como creando una situación de aislamiento lo que hará que la atención recaiga sobre él. Entonces, espacio, color e iluminación son los tres grandes temas a tener en cuenta para diseñar la imagen de la vidriera y cuidar que el producto se vea correctamente. Como dije anteriormente, todos los aspectos comerciales deberán ser privilegiados ya que el objetivo primordial es vender.
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